29/5/14

Orange is the new black

El domingo pasado en plena comida familiar (soy muy tradicional, los domingos toca comer con los papis y la family) tuve una discursión absurda con mi hermano sobre si Juego de tronos es mejor serie que Orange is the new black. Él decía que la primera es insuperable y punto. Yo dije (y digo) que son tan diferentes que no hay comparación posible, que dependerá del gusto de cada uno y que disfruto de las dos, que es lo que importa al fin y al cabo.
Orange is the new black es divertida, sorprendente y, a veces, dura; pero no tan intensa como para no poder dejar de verla (de hecho yo veía medio capítulo en el desayuno y medio en la comida). Me gusta porque está basada en hechos reales, porque hay un montón de personajes femeninos muy interesantes, y porque van contando "historias" en forma de flashback. No me gustan Piper, Jim ni Alex; y menos esa especie de triángulo amoroso que se han montado.
Además, si hubiese sabido antes que era de Jenji Kohan no habría esperado tanto para verla, porque en su día fui fan fatal de Weeds (y además la Kohan ha participado en otras series que me encantan como Las chicas Gilmore y Will & Grace).
Volveré a verla cuando salga la segunda temporada y espero volver a disfrutarla.

(Para poner por las nubes Juego de tronos espero a terminar de ver esta temporada en un par de semanas). 

25/5/14

Sábado

Ayer fue un día extraño.
Me desperté pronto y fui al gimnasio. Estos dos hechos son totalmente incompatibles con mi religión de los sábados, pero es lo que hice. No sé por qué mi reloj biológico me impidió dormir hasta mediodía como suelo hacer, y no sé por qué tenía sentimiento de culpa por haberme saltado la rutina del viernes (y también por haber cenado una lasaña al pesto rica, rica).
 
Cuando volví a casa me puse a cocinar. Otro incongruencia: los sábados son mi día libre de cocinar, pero hice un wok de verduras y una merluza a la plancha.
Después de comer, en vez de tirarme en el sofá a ver la un película, que es mi actividad favorita de la sobremesa; me puse a leer, ¡y no me entró sueño!

Por la tarde salí prontito de casa en busca de un vestido. Tengo una boda el 20 de junio y todavía no había mirado nada, me daba pereza. Pero me puse a echar cuentas y entre una cosa y otra era el único día que tenía libre para ir. Si no encontraba nada, tendría que seguir buscando entre semana después de trabajar, y lo odio porque estoy cansada y no me apetece probarme la ropa. En fin, fui a una tienda, me probé tropecientos vestidos muy bonitos y que en su mayor parte me quedaban bien y elegí uno absolutamente maravilloso para el que, además, voy a poder usar los complementos que llevé a otra boda. Sólo tuve que invertir una hora de mi tiempo. Raro, raro, raro: normalmente no encuentro nada que me guste y cuando lo hago me queda fatal (para la última boda estuve buscando más de un mes...).

Como había terminado tan pronto, fui a hacer la compra, cosa que no suelo hacer porque los sábados el supermercado está lleno y es un rollo, así que yo empiezo la semana con la nevera vacía. Había un montón de gente, sí; pero increíblemente cuando fui a la caja estaba desierta y no tuve que hacer cola.
Por la noche quedé con unas amigas para ver el fútbol. Yo odio el fútbol, no me gusta nada, nunca lo veo. De hecho en mi casa se ve muy poco, sólo cuando juega el Atlético algún partido importante, porque Novio es colchonero, aunque muy moderado. Pero yo no lo veo. (Y ayer Novio, que es así de raro, decidió irse al monte con los colegas y si eso escuchar el partido por la radio). Así que, por primera vez en mi vida, fui anfitriona en una cena futbolera.

18/5/14

Punto y aparte


Así termino la semana: una buena ensalada, agua con gas y una lectura prometedora en un sofá cómodo con la compañía de una canija que ronronea sin parar. ¿Qué más puedo pedir? El plan perfecto también para cargar pilas y empezar de forma optimista la siguiente, porque me tengo que preparar mentalmente para las tonterías que me soltará mi jefa los próximos días (benditos jefes que nos da la oportunidad de quejarnos... ¬¬).
En fin, que tengáis buena semana. 

11/5/14

Una película, dos libros y tres canciones

Podría decirse que me he arrastrado toda la semana, no sé si ha sido el cansancio acumulado del fin de semana pasado (y una resaca que me duró hasta el lunes por la tarde), la famosa astenia primaveral o un exceso de trabajo; pero ni gimnasio, ni running, ni na'. Eso sí, he aprovechado el tiempo para dedicarme a otros placeres que se disfrutan sentado:

The broken circle breakdown (Alabama Monroe) la tenía en la lista de pendientes desde diciembre del año pasado. La habían puesto ya varias veces en Nunca Jamás en distintos eventos/salas de cine, pero por cosas de la vida no la había podido ver; así que la cogí con más ganas todavía. He leído por ahí que es un drama, o más bien un dramón; pero yo digo que es un tragedia con todas las letras. Si la intención era tocarnos la fibra sensible, enhorabuena, lo han conseguido. Lo mejor es como se cuenta la historia, con los saltos temporales y la música como hilo conductor, además de la fotografía. Lo peor, lo perra que es la vida...

Rebelión en la granja es de sobra conocido y altamente recomendable. Es una historia de poder y corrupción que aunque puede aludir directamente al gobierno comunista de la URSS, refleja una serie de ideas que podemos encontrar en cualquier gobierno actual, sea o no comunista. Debería ser lectura obligatoria en los institutos.
Deseo de ser punk es un libro que hay que leer de un tirón, porque es la forma más sencilla de volver a ser un adolescente y volver a pensar a 1000 por hora. Es sencillo y directo, te hace recordar y reflexionar, te hace reaccionar. Y además, hay un montón de buena música en sus páginas.

Y para terminar bien la semana y comenzar con energía la siguiente, un buen mini festival de rock para mover el esqueleto:
1. Los Brioles (rockabilly).

 

2. Mambo Jambo (rhythm'n'blues mezclado con rock'n'roll de los '50).
 
  

3.  The Fuzztones (el mejor garaje post-punk neoyorkino).
 

 

2/5/14

Saqueo en la librería

Ya comenté el fin de semana pasado que pretendía pasarme por la librería, y éste es el resultado:

· El diablo de los números de Hans Magnus Enzensberguer, que leí hace muchos años y me encantó, pero era prestado, así que cuando lo ví no me pude resistir.
· Expiación de Ian McEwan, de sobra conocido, ya es hora de que lo lea.
· Como ser punk de Belén Gopegui, que lo tengo en mi lista hace mucho tiempo.
· 1984 de George Orwell también leído hace mucho y de prestado, no me pude resistir porque me encanta la fotografía de la portada.
· Rebelión en la granja de George Orwell, que era el libro del autor que estaba buscando porque tenía muchas ganas de leerlo (y que, por cierto, me ha parecido un relato sencillamente genial).
· Orgullo y prejuicio de Jane Austen, confieso que no he leído nada de esta autora y ya es hora de ponerle remedio, para lo cual nada mejor que esta preciosa edición.
· Guía de Portugal Lonely Planet porque mi plan para las vacaciones es un road trip que enseguida empezaré a planificar.

Y mientras hacía las fotos, una preciosidad ha decidido hacer de modelo espontánea: