Sucede
a medianoche, en medio del silencio, que las ideas se escuchan con más
claridad, y si no las acallas con el sueño, las ideas te persiguen.
Sucede
a medianoche que el deseo de hacer lo que parece un error a mediodía es más
fuerte, y si no lo reprimes con el sueño, el deseo te persigue.
Sucede
a medianoche, cuando estás sola, que tienes ganas de hablar más de la cuenta, y
si lo evitas con el sueño, las ganas te persiguen.
Sucede
a medianoche que siempre estoy despierta.
Toc,
toc, toc, ¿hay alguien más ahí?
Escuché tu sonido golpeando mi puerta, aqui estoy al otro lado. Del medio día , por lo que supongo que siendo tu noctámbula de la media noche ahora debes de estar dormida:)
ResponderEliminar*Gracias por haberte pasado por mi blog y haberme dejado esas recomendaciones de libros!