1/11/15

Volver a Roma

Quiero viajar a Roma por lo menos una vez al año, y aunque de momento lo estoy cumpliendo, tengo miedo de dejar de hacerlo alguna vez.
A Roma la aprendí a amar lentamente. Sé que hay muchos viajeros que se quedan prendados por ella, pero yo no fui una de ellos. Nuestra historia de amor se construyó lentamente, primero, por toda la gente que fui conociendo y que ahora son como mi familia; segundo, en infinitud de caminatas que me llevaron a los rincones más inverosímiles; y tercero, gracias su gastronomía. Y ahora, que tampoco hace tanto tiempo que le dije adiós, ya no me acuerdo de todas las cosas que no me gustaban de ella: el tráfico, la suicedad, la desidia...
Gracias a Roma, soy como soy; porque vivir allí me cambió en muchos aspectos. Lo más curioso es que me iba dando cuenta de esa transformación: tenía más confianza, más arrojo, más paciencia, más tolerancia. También fue allí donde aprendí a apreciar la vida tranquila y hogareña, a vivir con poco, a disfrutar de los pequeños instantes, y me volví más reservada todavía.
Volví a finales de septimbre y pasé una semana fantástica. Me reencontré con viejos amigos, recorrí las calles que más me gustan y descubrí todo lo nuevo que había en ellas, comí en los sitios de siempre y en otros tantos que no conocía, fui al cine, a varios museos, a un espectáculo y a correr en el parque que me enseñó a amar este deporte. Por supuesto, pasé una tarde en la librería y volví cargada del material suficiente para pasar otro año sin escasez de novela italiana. Dos autores de mis favoritos: Baricco y Ammaniti, de los que espero poco a poco leer todos sus títulos; una novela de la Comencini, también repito con ella ya que hace un par de años leí un libro suyo que me gustó basante; y pruebo por primera vez a Valeria Parrella, de la cual no sé casi nada, pero me atrajo la sinopsis del libro. El de Glattauer fue un regalo de una buena amiga ya que en medio de una conversación salió a relucir Contra el viento del norte, y ella me regaló este que había leído hace poco.
Reconozco que este último viaje me ha dejado muy nostálgica, así que seguramente no tardaré en volver por aquí a seguir hablando de Roma... (Sí, es una amenaza ;P).

4 comentarios:

  1. No conozco Roma, y tengo unas ganas locas de visitarla.

    besos.

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    1. Un viaje muy recomendable, pero qué te voy a decir yo... ;)

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  2. Yo sólo he ido una vez y sueño constantemente con volver, tiene una decadencia maravillosa, aunque es una pena el deterioro de muchas cosas.

    Besoos!!

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    1. El deterioro es parte del estilo de vida romano, eso también se aprende a apreciar.

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